Exposición
La desbordante imaginación de Julio Verne llena al Espacio Fundación Telefónica Argentina con la exposición ‘Julio Verne. Los límites de la imaginación’, de Fundación Telefónica.
La curiosidad y el ansia de conocimiento y de aprendizaje de Julio Verne por su entorno llegaron a convertirle en uno de los autores más prolíficos, populares e influyentes de la literatura universal con casi cien obras publicadas. En ellas, creó un imaginario de gran verosimilitud, gracias a su interés por la ciencia y a su avidez por documentar todo lo que narraba en sus obras. Sus novelas recogieron el espíritu de su tiempo, cartografiaron el mundo conocido y abrieron las puertas a espacios hasta entonces apenas intuidos.
La exposición ‘Julio Verne. Los límites de la imaginación’, que podrá verse en el Espacio Fundación Telefónica de Buenos Aires desde el 12 de mayo de 2017, disecciona el universo literario verniano y traslada a la realidad las hazañas y aventuras de sus obras a través de once personajes históricos, que se atrevieron a llevarlas a cabo y fueron pioneros en sus disciplinas a mediados del siglo XIX y comienzos del XX.
La muestra, comisariada por María Santoyo y Miguel A. Delgado, pretende retratar estas fronteras, a veces invisibles, entre ficción y realidad, que en este caso se diluyen y convergen. A partir de una treintena de sus obras más representativas y de los distintos ámbitos en que transcurren sus novelas: la tierra, el aire, el hielo, el agua y el espacio, el visitante recorrerá de la mano de contemporáneos argentinos y extranjeros el imaginario plausible de Verne. Las hazañas de la periodista Nellie Bly, primera mujer en dar la vuelta al mundo en 72 días, es una de las historias de personajes que acometieron lo que el autor francés aventuró, a veces de modo visionario, en sus novelas.
El gabinete de Verne
Un espacio de creación, donde se disecciona la imaginación del autor a través de sus novelas, personajes, seres fantásticos y animales, medios de transporte e ingenios que coparon su obra, y que se podrá visitar en la exposición. Una instalación audiovisual nos descubre el bestiario, personajes y transportes que aparecen a lo largo de su vasta creación literaria.
Los territorios vernianos
Trotamundos
Julio Verne nace en Nantes en 1828 y, 44 años más tarde, escribe ‘La Vuelta al mundo en ochenta días (1872)’. En sólo cuatro décadas, se produjo un desarrollo vertiginoso de los medios de transporte, que cambió la concepción del mundo y del tiempo. El desafío imposible de Phileas Fogg de dar la vuelta al mundo se hace posible a mitad del siglo XIX y Verne vuelca en esta novela toda la información disponible sobre el estado mundial de las comunicaciones. Phileas Fogg usa en su periplo todos los transportes existentes en aquella época, desde el trineo o el elefante al paquebote o el tren.
Este apartado es un homenaje a los viajeros y exploradores de mundo y a todos los escenarios que descubrió Fogg en su reto. Más de 30 fotografías de época de la Colección del matrimonio Worswick, una de las más importantes del mundo en manos privadas y conocidos por haber recopilado el legado del fotógrafo norteamericano Walker Evans, recrean todos los lugares recorridos en tiempos de Phileas Fogg. Gran parte de las imágenes fueron tomadas en países exóticos de Oriente Medio y desvelan civilizaciones hoy perdidas como, por ejemplo, la China imperial.
La figura del trotamundos está también representada por Nellie Bly, la periodista norteamericana que entre 1889 y 1890 logró dar la vuelta al mundo en 72 días, batió el récord de Phileas Fogg y fue la primera mujer en lograrlo. En su viaje, hizo parada en Amiens y visitó al mismo Verne.
Mobilis in Mobili
La pasión por el mar es sin duda uno de los temas recurrentes en el universo literario de Verne. Aunque varias novelas giran en torno a esta temática, como ‘Los hijos del capitán Grant’, es sin lugar a dudas ‘Veinte mil leguas de viaje submarino’ la mejor creación de Verne.
Maquetas y carteles de los primeros paquebotes comerciales del siglo XIX, imágenes del ‘Great Eastern’, el transatlántico más grande del momento en el que Verne viajó en 1867, nos permiten conocer los transportes marítimos de la época. Esta sección se completa con las primeras fotografías submarinas realizadas a más de 50 metros de profundidad por el biólogo Louis Marie Auguste Boutan.
Desiertos de hielo
En la época de Verne, los polos representaban el límite entre lo conocido y lo desconocido y fascinaban a muchos lectores. Una curiosidad hacia lo ignoto que en la muestra se ejemplifica a través de personajes que acometieron expediciones hasta estas tierras heladas e inhóspitas, que Verne anticipó e imaginó en ‘La esfinge de los hielos (1897)‘ o ‘Las Aventuras del Capitán Hatteras (1886)‘.
En esta sección se muestran imágenes de expediciones polares, que acabaron en fracaso, como la del sueco S.A. Andrée o la del irlandés Sir Ernest Shackleton, un capitán Hatteras de carne y hueso, que quiso ser el primero en cruzar la Antártida de punta a punta. Diez imágenes de esta expedición, cuyos negativos congelados se encontraron el año pasado en la Antártida, podrán verse en Argentina por vez primera. También se exhiben casi 50 imágenes de la exploración del argentino Hernán Pujato, que buscaba fundar la primera colonia estable en el continente helado.
Flotar o volar
Esta sección está dedicada a la disyuntiva que se generó en los inicios de la aeronáutica, entre los defensores de los vuelos más ligeros que el aire, representados por los globos y los que apostaban por los más pesados, es decir, los primeros aviones. Es un recorrido por la conquista del aire, a través de personajes como el brasileño Santos Dumont, a quienes muchos consideran el primero en hacer volar un avión en 1906, o el fotógrafo francés Nadar, autor de las primeras fotografías aéreas de la historia y apasionado de la aerostática, que Verne retrató en el díptico ‘De la Tierra a la Luna y Alrededor de la Luna’.
La muestra recoge esta polémica entre aeróstatos y aeroplanos a través de diagramas, ilustraciones y grabados de la época de diferentes máquinas y una maqueta de monoplano Bleriot XI.
Alrededor de la Luna
La fascinación por viajar a la Luna, presente en la literatura universal desde el siglo IV a.C., fue un motivo recurrente en la cultura popular del siglo XIX y no podía serlo menos en la obra verniana, representada con las novelas ‘De la Tierra a la Luna (1865)‘ y ‘Alrededor de la Luna (1870)‘, que calaron profundamente en el imaginario colectivo y hoy en día revelan asombrosas coincidencias con la llegada real del hombre a este satélite en 1969.
La fiebre lunar queda además recogida a través de una serie de carteles relacionados con la Luna, que representan desde espectáculos de la época a imágenes de películas de George Méliès o las óperas inspiradas en Verne que Jacques Offenbach. También se muestra la pieza creativa documental “Vivir en una bala”, que recrea ‘De la Tierra a la Luna’. Un viaje que Verne imaginó en un proyectil lunar disparado por un cañón.