Exposición
Ligera, pequeña, fácil de manejar y sencilla de transportar, la cámara Leica posibilitó tomas de una espontaneidad y un dinamismo hasta ese momento imposibles. Celebramos, así, un siglo de fotografía, un siglo de historia.
En junio de 1914, el ingeniero Oskar Barnack, trabajador de la empresa líder en la fabricación de microscopios Leitz, construye el primer modelo funcional de una cámara compacta para película cinematográfica de 35 mm. En la mente de Barnack bullía la idea de una cámara pequeña y liviana que permitiera hacer fotos en serie de forma sencilla y rápida usando película cinematográfica manufacturada (es decir, disponible en el mercado y, por tanto, comparativamente más barata). «Negativos pequeños, imágenes grandes» era su lema.
Hace más de cien años nacía así la cámara Leica (combinación de las palabras Leitz, por el apellido de su propietario y Camera). Su lanzamiento, forzado a posponerse hasta 1925 debido a la Gran Guerra, supuso mucho más que la mera comercialización de una nueva cámara, cambiando de un modo radical la manera en que registramos la realidad. Ligera, de apenas 400 gramos, pequeña, fácil de manejar y sencilla de transportar metida en el bolsillo, la Leica posibilitó tomas de una espontaneidad, dinamismo y flexibilidad imposible hasta entonces.
La Leica democratizó el acceso a la fotografía
No solo facilitó el acceso a este arte (ejercido también de manera profesional) a los aficionados, a los neófitos procedentes de otros sectores y a las mujeres emancipadas, sino que gracias a la nueva cámara con un objetivo retráctil que se podía llevar cómodamente en el bolsillo del abrigo, la fotografía se convirtió en un componente natural de la vida cotidiana. Una nueva generación de fotógrafos de prensa apostó así por la Leica, en particular por su versatilidad para hacer realidad el principio fundamental del reportaje: narrar un acontecimiento mediante imágenes individuales que se complementan.
La exposición ‘Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica‘ –que podrá visitarse a partir del 11 de mayo en la tercera planta de Espacio Fundación Telefónica–, comisariada por Hans-Michael Koetzle pretende mostrar, por primera vez, este cambio que la invención y la comercialización de la cámara Leica supusieron para la fotografía. Como esta cámara pequeña, fiable y versátil, equipada con un objetivo de alta resolución diseñado específicamente para ella por Max Berek, marcó un cambio paradigmático en la historia de la fotografía.
La muestra de Espacio Fundación Telefónica, producida por Leica, se compone de cerca de 400 fotografías con material documental que incluye periódicos, revistas, libros, publicidad, catálogos y prototipos de cámaras. A través de éste se relata la historia de un siglo de fotografía en película de 35 mm, desde sus inicios hasta la actualidad.
La exposición ‘Con los ojos bien abiertos. Cien años de fotografía Leica’ se enmarca dentro del programa de la XX edición de PHotoEspaña, que tendrá lugar entre el 31 de mayo y el 27 de agosto de 2017.
La exposición se estructura en varios apartados como ‘Leica y la “Neues Sehen” (Nueva Visión)‘ donde se desarrolla la idea de que la ligera y siempre dispuesta Leica, fue fundamental en la creación de un nuevo lenguaje visual; ‘Fotoperiodismo‘, y es que la nueva cámara permitía hacer una foto detrás de otra, rápidamente, lo cual jugaba a favor del recién nacido género del reportaje; ‘Fotografía subjetiva‘, ahora cualquier amateur experimentado podría también crear fotografías artísticas; ‘Fotografía humanista‘, el universo urbano como escenario, la vida cotidiana como representación teatral; ‘La nueva fotografía en color‘, ya en los años 40 el fotógrafo danés Keld Helmer-Petersen había capturado el mundo de lo cotidiano en color con una Leica; ‘La fotografía de moda y la cámara Leica‘, las características especiales de la Leica M favorecieron la estética que adquirió la fotografía de moda: un grano muy grueso, luz natural y el impulso para salir del tradicional estudio; o la ‘Fotografía de autor‘ con distintas clases de creadores que utilizaron diferentes recursos.
A través de la obra de autores como Cartier Bresson, Paul Wolff, Bruce Davidson, Capa o Robert Frank, y de documentos que dan cuenta del proceso de desarrollo y construcción llevados a cabo por su inventor Oskar Barnack, esta exposición pretende ser un homenaje a una tecnología que cambió el modo en que vemos el mundo. Una revolución similar a la que vivimos hoy con el uso masivo de los smartphones.
Con la colaboración de: