Hay inventos que fueron ideados para salvar barreras, entre ellas, las de la discapacidad. Con el tiempo, estas han revelado su utilidad en el uso de las aplicaciones más cotidianas y viceversa.
Cuando una tecnología es inclusiva, ayuda a todo el mundo. Si los seres humanos desarrollamos este tipo de herramientas es, generalmente, para hacernos la vida más fácil unos a otros. Algunos inventos se han ido perfeccionado para cerrar las brechas que suponen las discapacidades. Para ayudar a las personas que no pueden ver o escuchar, por ejemplo. Pero estos hallazgos técnicos han resultado ser útiles para mucha más gente y hoy día nos los encontramos en productos y servicios de la vida diaria.
Cuando una tecnología es inclusiva, ayuda a todo el mundo. Si los seres humanos desarrollamos este tipo de herramientas es, generalmente, para hacernos la vida más fácil unos a otros. Algunos inventos se han ido perfeccionado para cerrar las brechas que suponen las discapacidades. Para ayudar a las personas que no pueden ver o escuchar, por ejemplo. Pero estos hallazgos técnicos han resultado ser útiles para mucha más gente y hoy día nos los encontramos en productos y servicios de la vida diaria.
Dos aplicaciones prácticas de desarrollos tecnológicos pensados para mejorar la vida de las personas son:
- El OCR o reconocimiento óptica de caracteres
- La cancelación de ruidos en los auriculares
El OCR, una ayuda para la discapacidad visual
El reconocimiento óptico de caracteres, conocido como OCR no es una tecnología en la que solamos reparar, pero está presente en multitud de aplicaciones cotidianas:
- cuando escaneamos un documento y queremos convertirlo a texto editable en un PDF
- cuando entramos a un párking y las cámaras reconocen nuestra matrícula.
Aunque el OCR fue diseñado inicialmente para digitalizar la ingente cantidad de documentos producida en una época sin ordenadores, gran parte de su desarrollo está ligado a proporcionar ayuda a las personas con discapacidad visual.
En los años 60 y 70, su avance tuvo como objetivo que estos textos pudieran ser procesados por máquinas que reprodujeran el habla, de forma que quien no puede leer sea capaz de escuchar lo que otros escriben. Es lo que ahora conocemos como text-to-speech. Estas tecnologías son las que ahora permiten que nuestro teléfono móvil nos diga en voz alta qué dirección debemos tomar con nuestro coche para llegar a un destino determinado.
En nuestros auriculares
La cancelación de ruido de los auriculares es otra muestra de tecnología que, aunque ligada a la discapacidad, ahora forma parte de un producto cotidiano, fácil de encontrar en cualquier tienda de electrónica. Fue inventada a finales de los años 70 por Amar Bose, con objeto de ayudar a las comunicaciones de los pilotos de avión.
Esta tecnología emite un sonido en una frecuencia determinada que cancela el ruido que proviene del exterior, para permitirnos concentrarnos en lo que oímos por el auricular. Su desarrollo ha resultado ser muy útil para las personas que sufren de acúfenos, los molestos pitidos que escuchan las personas que sufren de hipoacusia. Algunos audífonos permiten contrarrestar estos zumbidos.
Pero los ejemplos de tecnologías inclusivas que suponen un avance para todo el mundo se reparten por todas las áreas de la innovación. Por sumar alguna más a las ya mencionadas están:
- El reconocimiento de voz, ideado para que todos y todas podamos hablar con las máquinas y que facilitan a las personas con discapacidades motoras utilizar un ordenador
- Las tecnologías de subtítulos, que permiten a quienes sufren problemas auditivos disfrutar de una película y que además nos ha dado la posibilidad de verla en un idioma que no conocemos.
Invertir, investigar o apostar por la tecnología inclusiva es un reto que ayuda a cerrar brechas, pero no olvidemos que su desarrollo contribuye al bienestar y la comodidad de toda la humanidad.